A subasta el coche de Steve McQueen
El mundo del séptimo arte: noticias, anécdotas, biografías (actores, directores,...),..., y, cómo no, los últimos estrenos cinematográficos.
Parece ser que esta cifra es el epicentro de los enigmas relacionados con los números, no sólo en la película, sino en una longeva tradición secular relacionada, en gran medida, con el ser humano: madres y padres aportan 23 cromosomas cada uno a los hijos, es precisamente el cromosoma 23 el que determina el género de la criatura, la sangre tarda precisamente 23 segundos en circular por todo el cuerpo… y así hasta una interminable lista de ecuaciones en las que el resultado esperado es el conseguido.
Los juegos no tienen que ver únicamente con los números, sino también con las letras. En general, da la sensación de que podría haberse exprimido mejor una idea que, a priori, se plantea como más que interesante para la gran pantalla. No obstante, en su defensa, hay que recordar que el responsable del guión es un novato, quien, como todo aquel que empieza, aún tiene mucho que aprender.
Joel Schumacher, del que algunos ya no esperan gran cosa, les da la razón aportando ingredientes que ya hemos visto en algunos de sus trabajos anteriores, como 'Un día de furia' o 'Asesinato en 8mm', de las que calca, literalmente, el alterado comportamiento del protagonista y la estética de gran parte de este metraje.
Para dar vida a los personajes principales ha contado con la faceta menos prolífica del canadiense Jim Carrey. Éste, en su reciente intención de alternar comedia y drama, no está mal. De todos modos, la elección no parece la más adecuada ya que a todo el mundo se le pasarán por la cabeza otros actores que hubiesen encajado mejor en el perfil. Su compañera es Virginia Madsen. Mejor que Carrey, dando a su personaje el poco empaque que necesita. Del resto del reparto, dada su escasa participación, tampoco es que se pueda decir mucho, así que no podemos alegar que aprovechen ni siquiera su minuto de gloria.
Partiendo de un brillante y arrebatador comienzo que genera ilusiones en el espectador, el ritmo lento se va imponiendo a medida que avanza la película, lo que unido al intento de abarcar demasiadas áreas sin centrarse en ninguna, acaban provocando aburrimiento y cierto cansancio.
A lo largo de la cinta es inevitable asociar la cara de Jim Carrey con muecas y gestos extraños típicos de él pero difícilmente con pavor o miedo, a pesar de sus reiterados intentos por parecer un actor dramático aunque se nota el esfuerzo realizado y eso hay que agradecérselo, sin duda.
Rizando el rizo, si sumamos los nombres del director y el actor principal, y de éste y de su compañera de reparto, en ambos casos obtenemos el número 23. Ya, para colmo, supone también el trabajo número 23 en el cómputo general de la trayectoria de su realizador. Da miedo.
El actor, entre otras, de "Piratas del Caribe" y "El señor de los Anillos", Orlando Bloom, que últimamente sonaba como el próximo Superman, ha decidido tomarse un respiro de Hollywood y seguir una nueva senda espiritual.
Ex novio, o al menos "amigo fuerte" de la española Penélope Cruz, quiere dar un empujón a su vida espiritual y se ha hecho seguidor del budismo. "La filosofía que he abrazado no tiene nada que ver con sentarse debajo de un árbol y mirarse el ombligo", ha comentado el actor. "Se trata de estudiar hacia donde va mi vida y aprovechar mis fuerzas para vivir una vida más intensa y mejor", añade.
Parece que no se trata de una decisión precipitada sino que Orlando ya comenzó a acariciar la idea de ser budista entre El señor de los anillos y la última película de Piratas del Caribe. "Ahora sólo aspiro a tener un poco de tiempo y espacio para estar lejos de los teléfonos y los medios de comunicación", pide Bloom.
Sabiendo de la mediocridad de su producto y para así evitar que lleguen ecos negativos desde el nuevo al viejo continente, Hollywood ha estrenado simultáneamente en Europa y Estados Unidos esta película de James Foley llena de lugares comunes y personajes de cartón piedra; una cinta hecha con unos ingredientes que muchos productores creen infalibles y que a los espectadores nos empiezan a hastiar sobremanera: una chica guapa que juega a ser suspicaz, un hombre poderoso con un lado oscuro, un tipo rarito experto en tecnologías varias y un misterio que depara una sorpresa final; aderezados, eso sí, con unas cuantas conversaciones por móvil o Internet -por aquello de darle dinamismo al asunto- y algún que otro café Starbucks.
Poco más se puede decir de Seduciendo a un extraño, que falla estrepitosamente desde el momento en que describe a sus personajes con tan poco tiento. Halle Berry, en un principio una agresiva periodista, termina convirtiéndose en un simple maniquí de vestimentas y máscaras variadas cuyos jugueteos con el que se supone es el asesino de una amiga son de lo más desconcertantes y no quedan explicados por más vueltas que quiera dar el guión. La que un día nos sorprendiese por la honestidad interpretativa desplegada en Monster's Ball, está consiguiendo a base de elegir mal sus papeles volver a situarse irremisiblemente en la imagen de mujer florero de la que pretendía escapar.
El que no cambia es Bruce Willis, haciendo gala de sus dos o tres gestos típicos en un personaje mal construido, y Giovani Ribisi, enfrentándose a su enésimo tipo inadaptado. Aunque tampoco es que puedan hacer mucho pues el guión no se molesta en explicar las motivaciones de cada uno, obcecándose, sin embargo, en repetirnos cosas, en detenerse en detalles que no ayudan a la fluidez de la historia y solo sirven para despistar al espectador, ya aburrido hacia la media hora de metraje por más que Foley quiera imprimir suspense con burdos golpes de efecto.
No lo penséis demasiado. Invertid vuestro tiempo y dinero en cosas más inteligentes y con más capacidad de sugerencia.
La última orgía de violencia, sangre y terror del peculiar pero exitoso tándem que forman los cineastas Quentin Tarantino ('Kill Bill', 'Reservoir Dogs',...) y Robert Rodríguez ('Sin City',...), se estrenará como dos películas separadas en multitud de países.
En su versión original, que verá la luz en los cines de Estados Unidos este viernes, 'Grindhouse' es una película de terror -cercana al gore- dividida en dos partes, una dirigida por Tarantino y la otra por Robert Rodríguez, cada una de ellas de una hora de duración aproximadamente. Las dos están separadas por falsos trailers de películas de terror, creados por los conocidos directores del género: Eli Roth ('Hostel'), Rob Zombie ('La casa de los 1000 cadáveres') o Edgar Wright ('Zombies Party').
La confirmación oficial de la ruptura del filme ha llegado por parte de la productora y definitivamente se estrenará en dos películas, 'Death Proof' y 'Planet Terror', respectivamente. 'Grindhouse' como tal sólo se va a estrenar en los países anglófonos: Estados Unidos, Reino Unido y Australia. En el resto del mundo se estrenarán las películas por separado, comenzando por la de Tarantino. Los tráilers ficticios que se incluyen en la versión americana se dividirán salomónicamente entre las dos películas.
La única ventaja de esta división es que los cines de numerosos países acogerán las versiones extendidas de las dos historias, un metraje adicional con las escenas más violentas y sangrientas -que no son pocas- y que han sido censuradas en la versión anglosajona. Doble ración de terror y violencia para deleite de los fans del género, pero que puede desvirtuar bastante la idea con la que el dúo Tarantino-Rodríguez concibió el filme.