La fila de los mancos

El mundo del séptimo arte: noticias, anécdotas, biografías (actores, directores,...),..., y, cómo no, los últimos estrenos cinematográficos.


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lunes, octubre 09, 2006

Lo que le falta y lo que le sobra al estreno de la Pataky en Hollywood

Le faltan, claramente, minutos, porque lo poco que interpreta deja con ganas de más. Y le sobran serpientes: a David Ellis no le ha importado el aire de serie B, y eso es lo que más atrae.
Samuel L. Jackson y Julianna Margulies son los protagonistas de Serpientes en el avión [Snakes on a plane], dirigida por un especialista en el género, David R. Ellis, responsable de la trepidante Cellular –con Kim Basinger- y Destino Final 2.
Jackson interpreta a un agente del FBI encargado de defender a un testigo protegido con el que viaja a Los Ángeles, camuflados ambos dentro de un avión comercial en el que también se encuentra Eddie Kim, el gángster contra el que va a declarar, dispuesto a todo para que ambos no lleguen vivos a su destino. La originalidad de la película es que la forma que los malvados asesinos idean para que el avión no llegue a su destino es inundar el aparato de serpientes. El escenario no puede ser más indescriptible: un grupo de peligrosas serpientes se enroscan en los recovecos del avión en pleno vuelo y siembran el pánico entre pasajeros y tripulación.
Serpientes en el avión es pura serie B, un género casi perdido y relegado a las producciones para televisión por cable, pero que cuando se hace con talento derrocha un encanto indefinible y un atractivo especial. El director David Ellis huye del sentido del ridículo, no se toma en serio el guión en su forma de thriller y, siguiendo de cerca la estela de las películas de Roger Corman en los años sesenta y setenta, opta por una puesta en escena desprejuiciada y llena de sentido del humor. Eso sí, salpicada con gritos, gotas de gore y un impresionante desfile de serpientes logrando una iconografía delirante que provoca morbo, susto y una calculada repugnancia. Las serpientes invaden los cuartos de baño, reptan por las butacas, buscan a las mujeres (tradicionales enemigos de estos ofidios)... todo ello ante la imperturbable mirada de Samuel L. Jackson, que se interpreta a sí mismo con enorme propiedad y aplomo.
Y entre los pasajeros, nada menos que una mujer hispana con su niño pequeño y una mirada entre ingenua y provocativa. Elsa Pataky, con sólo siete u ocho minutos de aparición en pantalla, se convierte en una de las estrellas de la función. Elsa posee el carisma necesario y el embrujo idóneo para crear emoción en una pantalla… Sin duda, David Ellis debió ofrecerle un personaje más importante. La cartelera de cine brinda este mes de octubre de 2006 ofertas interesantes: El diablo se viste de Prada, de David Frankel; Los Borgia, de Antonio Hernández; World Trade Center, de Oliver Stone; o Alatriste, de Agustín Díaz Yanes. Pero Serpientes en el avión es la más políticamente incorrecta de todas. Merece la pena, a condición de no tomársela demasiado en serio, porque si no, resultará enormemente mala.