Richard Claus adapta al cine 'El príncipe de los ladrones', una aventura infantil ambientada en Venecia

Richard Claus adapta al cine 'El príncipe de los ladrones' ('The thief lord'), novela de Cornelia Funke, que desde su distribución en EE.UU. ha vendido más de un millón de ejemplares. Una aventura infantil ambientada en Venecia y con la que el director alemán, que ya produjo 'El pequeño vampiro', se adentra en 'un mundo utópico de niños, donde los adultos son un estorbo'.

El guión de 'El príncipe de los ladrones', una aventura protagonizada por un grupo de chavales destinada al público familiar, está coescrito por Claus y Daniel Musgrave. Los dos escritores partieron de un primer borrador escrito por la autora alemana.

'Era un gran reto, porque quería meter todo en la película', explica Claus, que se encargó del guión cuando la escritora no se vio capaz de reducir su universo creativo a algo más de hora y media de filme.

Para la escritura del guión partieron de la idea de ser 'fieles a la novela', para no defraudar a los miles de lectores que ha tenido en todo el mundo. 'Todos los personajes están en las escenas más importantes; pero hemos añadido otros y escenas con mayor impacto visual', precisa el también productor y distribuidor.

Pero, sobre todo, le interesaba mostrar 'un mundo utópico, donde no existen los adultos, que son un estorbo para los niños'. 'Creo que hoy en día todo el mundo está hasta aquí de los valores familiares tradicionales. La familia son muchas cosas, por ejemplo, los amigos, que los puedes elegir', precisa.

Respecto a rodar en Venecia, Claus subraya que fue 'todo un reto' porque había que hacer todo en barco, además 'todo lo que queríamos hacer estaba prohibido; fue como hacer cine de guerrillas', precisa, destacando, no obstante, que gracias a la belleza de la ciudad fue 'imposible sacar una mala fotografía'.

Preguntado por el 'atractivo' que encuentra en el género infantil y familiar, Claus reconoce que le gusta llevar a la pantalla 'historias digeribles' para el público joven. 'No soy muy sofisticado, más bien me gusta la sencillez y, además, soy un poco infantil', afirma.

No obstante, explica que hace seis años, cuando produjo 'El pequeño vampiro', se dio cuenta de que no había 'películas serias' dedicadas a todos los públicos. 'Me di cuenta de que podía ser un éxito. Pero ahora todo ha cambiado. Cada vez hay más películas para el público infantil, como 'Harry Potter', y desde que en Hollywood se dieron cuenta de que eran una fuente de ingresos, son un filón', señala.