Apocalypto, una película brutal

El estreno de Apocalypto, la nueva película de Mel Gibson sobre el declive de la civilización maya, influirá en el futuro de la carrera de su director, quien a sus 50 años se encuentra en un terreno movedizo donde se contraponen el éxito de La Pasión de Cristo y sus escandalosas manifestaciones antisemitas producidas por el alcohol.

Apocalypto es una película cruel, llena de asesinatos y decapitaciones. Se ha rodado con actores desconocidos hablando el lenguaje maya, casi ignorado fuera de México y Centroamérica. Es un producto difícil de vender, incluso independientemente del escándalo causado por los comentarios de Gibson. Pese a todo, hay críticos que consideran que Apocalypto es la obra cumbre de Gibson con impresionantes imágenes del cámara Dean Semler (Bailando con lobos) y una historia que engancha hasta que comienzan las escenas de violencia que, al igual que en La Pasión, se hacen realmente insoportables en algunos momentos. Esa brutalidad eclipsa lo bueno de la película además de provocar la protesta airada de varias asociaciones de defensores de derechos humanos.

Gibson ha aparecido en más de dos docenas de películas, como las series Mad Max y Arma Letal. En 1995, ganó dos Oscar, a la mejor película y mejor director, por Braveheart. Sin embargo, el escándalo de julio al ser arrestado por conducir ebrio y por lanzar insultos a los judíos cuando era detenido, le ha hecho un daño casi irreparable.